
Estamos ante el clásico "chiringuito" de verano de estos que vemos por la tele y nos apetece.
La carta no tiene nada de especial aparte de los platos clásicos de estos establecimientos, croquetas, calamares romana, platos combinados, etc. Pero resulta perfecto para ir con niños, tomarse un aperitivo acorde con el sitio (martini, aceitunas y patatilla) y sobre todo tomarse una paella dominical.
El servicio es amable y digamos que divertido.




En definitiva, se trata de la definición perfecta de "el Chiringuito" en toda su extensión, es decir, la cervecita, la sangría (si se tercia), la paella y el ambiente. Todo ello, es casi más importante que la paella que tomamos, peró vale la pena probarlo. Especialmente indicado para mayo/junio antes que llegue "la marabunta" veraniega. Hi tornarem.