Restaurante situado en el num. 77 de la céntrica Calle Sant Miquel de Palma, concretamente en el local en donde se ubicó la histórica Casa Pomar Flores.
A pesar de su reciente apertura a principios de diciembre de 2014, se ha convertido en uno de los locales más concurridos y de moda de la ciudad, prueba de ello es que se hace difícil conseguir mesa en fin de semana.
La carta, básicamente está muy bien pensada y compuesta por pintxos y raciones, bien para compartir o para tomar de forma individual. Destaco los mejillones al curry rojo, la cazuelita de manitas y gambas, la carrillera de ternera estofadas y el tataki de atún.
El servicio es muy atento y amable, si bien en ocasiones debido a la gran afluencia de clientes, pueden dar la sensación de ir algo perdidos, aspecto sin importancia que queda maquillado con todos los demás puntos positivos.
La selección de vinos es muy acertada ya que ofrecen vinos modernos de varias denominaciones a muy buen precio.
Tienen abierto de lunes a sábado siendo el domingo el día de cierre.
Para esta ocasión, nuestra elección fue la siguiente:
Gamba crujiente sobre guacamole y chutney de piña
Crujiente de rabo de buey sobre patata y jugo
Mejillones al curry rojo picante
Cazuelita de manitas de cerdo y gambas
Steak Tartare
Crumble de pera
En resumen: Muy recomendable, teniendo en cuenta la decoración del local, el ambiente, el servicio, la elaboración y presentación de la mayoría de los platos de la carta (algunos se quedan en un bien alto....en mi opinión el risotto y la coca de mollejas......).
No obstante, en el momento de escribir esta entrada ya lo he visitado en cuatro ocasiones y en todas ellas he salido muy satisfecho.
Vale la pena !!!