El pasado domingo nuestros amigos Ignasi y Carmen nos invitaron a una calçotada que organizaron en una finca situada en Biniforani, una zona ubicada en plena Serra de Tramuntana, muy cerca de Bunyola.
El plan consistía en reunir al grupo de padres afines del "cole" con todos sus hijos, por lo que el menú propuesto se prestaba perfectamente para tal ocasión.
Los calçots son una variedad de cebolla tierna, blancos y ligeramente dulces que que se comen con las manos y que constituyen uno de los platos más típicos de la gastronomía catalana. Su temporada suele ser durante los tres primeros meses del año, hasta finales de marzo.
Lo tradicional de una calçotada es acompañarlos con su salsa romesco y completar el menú con longanizas o "botifarres" a la brasa.
La salsa romesco, es una preparación de textura espesa que se compone básicamente de tomates, cebollas, ñoras, almendras, avellanas tostadas y que en esta ocasión fue magnificamente elaborada por Carmen.
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